WALL STREET CAE UN 6,2% EN SU PRIMERA SEMANA DEL AÑO
El principal indicador norteamericano cerró esta semana con una caída general del 6,2%, tras cinco largas sesiones marcadas por la incertidumbre e inseguridad de la economía mundial, lo que hizo terminar al Dow Jones en las 16.346 unidades.
La semana comenzó de manera positiva para la bolsa americana, impulsada por el buen ánimo de los datos de empleo y nuevas reformas del gobierno estadounidense, pero el miércoles, a mediados de semana, llegaron a Wall Street las noticias del desplome de la bolsa asiática, lo cual agudizó las pérdidas de las tres últimas sesiones. Debido al balance negativo que supusieron todas esas pérdidas en comparación con las minúsculas ganancias de los dos primeros días el indicador americano terminó cerrando en números rojos la semana.
Parecía que, tras todas las caídas debidas al mercado financiero chino, los días siguientes supondrían un repunte para el Dow Jones, pero la incertidumbre arrastrada por esta y otras causas minoritarias hizo que la principal bolsa americana cayera en picado en su inicio de año.
Absolutamente todos los sectores del Dow Jones cerraron con pérdidas, lideradas estas por, el sector de materias primas, que descendió un 1,57%, seguido muy de cerca por el financiero, que cayó un 1,52%, herido sobre todo en compañías como JP Morgan o Goldman Sachs, que registraron el peor inicio de año en el parquet de su historia reciente.
Si miramos por valores, solo dos de las principales treinta empresas del Dow Jones, lograron terminar la semana en números verdes. Estas dos fueron Microsoft, con un ascenso del 0,31%, y Apple, que un poco por encima, recortó un 0,53%.
Algunas de las pérdidas más significativas fueron Cisco, con una caída del 2,48%, Wal-Mart, que descendió un 2,29% o la fabricante de aeronaves Boeing, que bajó un 2,27% su valor por acción.
Tal y como está la situación ahora mismo en el Dow Jones, lo más recomendable es mantener las acciones de valores con objetivos de rentabilidad a medio plazo, mientras que sería positivo comprar acciones de objetivo a largo plazo, aprovechando su bajo coste, y buscando unos beneficios futuros mayores.