NO GASTEMOS MÁS DE LO QUE TENEMOS

10.04.2016 08:53

Esta pasada semana nos hemos enterado de que España ha vuelto a incumplir el déficit público, o por lo menos el objetivo que se esperaba para 2015. Pero en todo esto hay una cosa curiosa, y es que los que lo han incumplido hacen propuestas realistas, conjuntas y sensatas para reducir esas cifras; mientras que los que se quejan día a día en los medios son los que proponen elevar el gasto público a casi el doble, para según ellos “reducir el déficit a través del consumo interno”. España se encuentra ahora mismo con un déficit del 5,4%, y que es directamente proporcional al gasto público, y es que, en la última década, los diferentes gobiernos han aprovechado los cortos plazos de crecimiento económico para incrementar el gasto público, en lugar de reducir los impuestos. El famoso crecimiento de la época de 2004-2009, fue debido a la burbuja inmobiliaria de aquella época, la cual sufrieron casi todas las potencias europeas, y que en España dejaba unos ingresos variables de cerca de 40.000 millones al año. En esta época, y con unos ingresos que solo durarían un tiempo, los gobiernos decidieron derrochar y aumentar el gasto público exactamente un 48% en el periodo de gobierno de Zapatero. Pensábamos que en la última legislatura eso cambiaría drásticamente, y es verdad que algo ha variado y ha sido reducido un 6% en los últimos cuatro años, pero tomar grandes medidas sobre reducción de impuestos a algunos les resulta que: queda mal, poco solidario, da mala imagen, o son medidas “sin la gente”.

Aquí podemos ver un gráfico del gasto público en España en los últimos años:

https://blogs.cincodias.com/.a/6a00d8341c760153ef0168eb3695cb970c-pi

En los últimos años, España ha recaudado 600.000 millones más de impuestos proveniente de las empresas y la gente común, pero aun así ha incumplido el déficit, como lleva haciendo los últimos 35 años, que fue cuando se produjo el último superávit. Si, han leído bien, hace 35 años. Como llevo diciendo mucho tiempo; y esta vez ha sido demostrado, la mayoría del aumento de gasto proviene de las Comunidades Autónomas, ya que durante esta legislatura, y debido a la mano blanda de algunos en el poder, comunidades como Cataluña o Andalucía han elevado su nivel de gasto público un 8% al año, evento que se ha producido también en absolutamente todas las Comunidades “de la sonrisa o del cambio”, y es que estos nuevos gobiernos, si ven que los ingresos aumentan en 500 millones, incrementan el gasto público en 1.000 millones. En el último año, solo el País Vasco, Galicia y Canarias han cumplido sus objetivos de reducción de gasto.

Hay ciertos dirigentes políticos que defienden a muerte el estado de bienestar, mientras que no comprenden que a través de un mayor gasto público solo van a conseguir arruinarlo. Y es que solo un tercio del parlamento actual defiende reducir los impuestos y tener un control moderado sobre el gasto, mientras que las otras dos partes creen en la fantasía del incremento de gasto para crecer, sufragado por unas increíbles subidas de impuestos, que en realidad lo único que hacen es frenar el consumo y la expansión económica. En España sobran comités, diputaciones, mini concejalías, administraciones, el senado, municipios ridículos, ya que todo esto representa gasto político totalmente innecesario, y que al final granito a granito forma buena parte del déficit. Pero algunos se atreverán a volver a decir que es un problema de ingresos del gobierno. Ojo al dato, del gobierno no de ustedes. Esa gente que se preocupa por el pueblo y su libertad, volverán a decir que los ricos pagan poco, o que las empresas deberían tributar más, sin pensar nada en el efecto que esto tiene a medio-largo plazo sobre el PIB de un país. Esto solo lleva a estimaciones de ingresos fallidas por más del 50% (en total de cuatro años) en algunos casos, ya que la Unión Europea suele tener estimaciones de ingresos muy exageradas, y que luego resultan no ser en absoluto verdad, y claro ahí viene el problema de incumplimiento del déficit. Es como pensar que Pepe puede meter un gol por la escuadra desde medio campo, y cuando ves que lo tira a la grada te llevas una decepción. España recibió este año avisos del Banco Central Europeo sobre “lecciones de las estimaciones fiscales”, es decir, que en vez de ajustarse tanto a las predicciones se debería reducir impuestos y permitir que los ingresos del estado llegasen por otra parte, como el consumo o la exportación, por ejemplo.

Podemos observar un gráfico de la estimación de ingresos (rojo) en España, con comparación de ingresos reales (azul):

https://4.bp.blogspot.com/-0Gq4oy8Hhig/U84I6PGWV0I/AAAAAAAAIK4/ggbTd6M7n-g/s1600/Evoluci%C3%B3n+de+ingresos+y+gastos+del+Estado.png

En España se debe estimular la demanda interna y el consumo a través de mayor libertad fiscal, que permitirá un mayor gasto particular, generando crecimiento en las empresas, lo que a su vez trae ligado un incremento de la demanda del empleo y la reducción de paro. A las empresas, un mayor desahogo fiscal permite incrementar la reinversión y la expansión hacia mercados exteriores, aumentando así el PIB de manera constante en el largo plazo. Es muy necesario que estas medidas sean tomadas cuanto antes, porque si entra a gobierno una de las “nuevas políticas”, lo único que se conseguirá será un incremento de gasto público, que muy pronto se reflejará en una crisis de deuda como ha ocurrido en Portugal o Grecia, ya que la mayoría del parlamento es lo que promete. Hay que ponerse ya al timón de este barco, ya que, con una gran reducción de impuestos y una mayor liberalización de la economía, todavía estamos a tiempo de darle la vuelta y alejarlo del precipicio.

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