Ante todo, en esta vida nos encontramos con mucha gente que tiene pensamiento único y que suele creer directamente y sin cuestionar lo que diga cualquier medio aparentemente fiable. Esto suele ocurrir en todos los aspectos, pero sobre todo en economía y política. Datos, estadísticas, frases, son repetidas una y otra vez por gente que defiende una idea, y que, por supuesto no está dispuesta a cambiarla, pero tampoco a escuchar. Yo me di cuenta hace tiempo con los debates televisivos. Ahí todo el mundo grita sus argumentos, pero no con tal de hacer reflexionar al de enfrente, sino para ser aplaudido por los de su “banda”. Nada más que eso. Es muy habitual oír estos días debido a la marcha de Barack Obama de la Casa Blanca, los supuestos logros que ha desarrollado durante su mandato, pintando su salida bajo un arco de oro, mientras realmente ha sido por la puerta trasera. No han faltado noticias exaltando el factor de como Obama salvó la economía mundial, y sobre todo apartó al mercado estadounidense de la Gran Depresión financiera de 2008, causada principalmente por bancos y organismos de este mismo país. Por aquel entonces, yo tenía ocho años y no mostraba interés por la economía, pero no hace falta ir tan lejos. Solo con girar la cabeza hacia 2016, podemos observar que el templado y sucesivamente reducido crecimiento estadounidense ha sido debido a los bajos precios del petróleo, ahora afectando a EEUU como país energéticamente independiente e incluso con planes de exportación debido al descubrimiento del fracking y la perforación horizontal, junto con el gas de esquisto, pero nunca excediendo este crecimiento el 2,5%. En 2016 el PIB arranco con una marca del 0,5% de incremento, mientras que, para finales de este mismo año, nos encontrábamos ante un mínimo avance del 1,2%.
¿De verdad creen que se pueden considerar esto éxitos, siendo uno de los mayores países exportadores a nivel mundial y teniendo cerca de la mitad de la cuota de mercado? Aunque las cifras de empleo sean realmente positivas para el país norteamericano, acercándose al pleno empleo con un 4,7% de paro de manera conjunta, debemos de ser conscientes de que la participación laboral se vio ampliamente reducida desde el 66% en 2008 hasta el 62,8% en 2016. En términos más simples esto representa que de la masa laboral total del país (251 millones), solamente 157 están actualmente ejerciendo algún trabajo, sin introducir en la ecuación el saldo migratorio del que tanto partido sacó Obama. Actualmente en EEUU hay 9,4 millones de personas sin trabajo y el 40% de este gran número lleva sin ejercer su profesión desde antes de los primeros signos de estabilidad de la crisis, alrededor de 2011. Todos tenemos una visión de EEUU muy centrada en el sector privado y de baja dependencia en el público, habiendo incrementado esta última un 39,5% en los ocho años de legado de Obama, ya que actualmente un cuarto de las familias norteamericanas recibe algún tipo de ayuda federal solicitada por riesgo, siendo un claro contraste con el mandato de George W. Bush, en el que según el Cato Institute, solo un 6% de las familias estaban necesitadas de estos recursos.
EN ESTE GRÁFICO OBSERVAMOS UNA COMPARATIVA DE LA TASA DE DESEMPLEO Y PARTICIPACIÓN LABORAL DE EEUU :
Debemos asimismo despedirnos de la clase media estadounidense, la cual creció notoriamente durante el siglo XX, sobre todo debido a la industrialización. Para estar considerado dentro de la clase media en EEUU debes cobrar a partir de 40.000 dólares al año, lo cual no llega a alcanzar un 63% de la población. Estados Unidos, y en concreto Obama no deben ni pueden estar orgullosos de su sistema de salud “público”, más conocido como “Obamacare”, y el cual ha sido sobrevalorado por absolutamente todo el mundo en el país, mientras el ingreso medio de las familias ha disminuido un 3,8%, debido principalmente a la subida de impuestos para cofinanciar este nuevo servicio público, aparte del incremento de deuda sobre PIB que en estos ocho años pasó a ser un 77,2% del PIB, teniendo en cuenta que EEUU nunca ha sido una economía demasiado dependiente en la deuda externa. Solamente la deuda externa utilizada para financiar el sistema sanitario americano aumentó durante el legado de Obama un 121%, lo que estima que, al consiguiente ritmo, en el año 2025 se alcanzaría una deuda sobre PIB del 85,8%.
La situación se pone realmente divertida cuando pensamos que EEUU es una economía completamente liberal. Me atrevo a afirmar que Obama ha sido el presidente más cercano al socialismo que ha tenido nunca EEUU, y que tendrá en esperemos muchísimos años. No lo digo yo, lo dicen los datos, ya que el empleo disminuyó en todos los sectores, aunque fuese mínimamente, hasta llegar al gubernamental, donde actualmente trabajan 22 millones de americanos, habiendo incrementado de un 6,3% de la fuerza laboral al 8,75%; cifras por supuesto no comparables con la eternamente intervenida Europa. Una cosa que debemos agradecerle a Obama, es su lucha constante contra el proteccionismo y a favor de una apertura de EEUU hacia el mundo, en defensa de la globalización. Hoy en día EEUU tiene más del 80% de cuota de mercado de divisas, ya que 8 de cada 10 operaciones comerciales entre fronteras se realizan en dólares, asimismo el 40% de los pagos de deuda entre países, debido principalmente a que el 65% de las reservas monetarias a nivel global son dólares.
AQUÍ PODEMOS VER UN CLARO DIAGRAMA MOSTRANDO EL INCREMENTO DE DEUDA DE EEUU, TANTO PÚBLICA COMO EN SU TOTALIDAD:
Los oscuros resultados del legado de Obama pueden parecer muy poco significativos para Europa, e incluso podemos verlos muy alejados de nosotros y nuestros intereses, pero no es así. En los últimos años, Europa se ha convertido en una economía enormemente “zombificada” y dependiente de EEUU, tanto para seguir sus políticas de QE o para hacer depender su crecimiento económico y el del euro en las decisiones de Janet Yellen sobre los tipos de interés. La economía actual se está debilitado enormemente debido a la hiperbancarización de los estados, no solo en relación a las entidades privadas, sinos sobre todo a los bancos centrales y organismos reguladores, incrementando sucesivamente su deuda, y pensando que algún día la solución mágica de gastar más para tapar el agujero funcionará, sin saber que el agujero cada vez se hace más grande, y que lo único que ha hecho Obama ha sido rellenarlo de hojas y presumir de haberlo tapado. Y es que no hay nada más peligroso que una economía con pies de cristal. Añorando hoy en día al gran Ronald Reagan, tal y como el mismo dijo: "No estoy preocupado sobre el déficit. Es lo suficientemente grande para cuidarse sólo".