Dice Melendi, en una de las canciones de su nuevo disco que: “Lo que decidas será, lo que nos merecemos”.Esta estrofa se puede emplear perfectamente para describir el resultado de las Elecciones Generales 2019 en España. Como todos sabrán, el PSOE arrasó en las urnas, y con 123 escaños serán incluso capaces de gobernar en solitario con la ayuda de Podemos, si no forman una coalición de gobierno directamente con la formación morada. Pero esto no es un análisis político sobre la causa de la victoria de unos y la derrota de otros. Aún así, todos los votantes de centro-derecha liberal deberíamos, y deberían hacer autocritica y comprender como la división del voto a la derecha del PSOE ha causado una profunda fractura en estas formaciones y ha causado que tanto PP como Vox obtuviesen unos resultados electorales muy por debajo de lo esperado. En España la gente es muy de extremos. Y no lo digo yo, lo dicen los resultados. Más de 5 millones de personas votaron a una formación política a uno de los dos extremos del espectro. Esto se produce a causa del imperante colectivismo político, la reducción de profundidad en los mensajes políticos y sobre todo una política de la polarización y confrontación que tanto gusta en España. No hay más que ver como la dialéctica política de Vox y Podemos es coincidente en muchos aspectos, señalando como “Enemigos de España” a todos aquellos que no concuerden con sus ideas.
Nos debe preocupar y mucho, que un partido que ha vetado medios como Onda Cero de sus actos, que propone prohibir partidos al otro lado del espectro (Vox propuso ilegalizar Podemos), o que pretende promover una cierta moral desde el Estado, este realmente dividiendo el voto de la derecha española, principalmente en las circunscripciones más pequeñas. Todo esto nos debería dar mucho que pensar y recapacitar. El votante de centro-derecha que en estas elecciones optó por secundar una opción política más radical, debería preguntarse si de verdad le ha compensando entregar todo el poder a la izquierda y los secesionistas, a cambio de oír cuatro “Viva España” y un par de insultos retóricos hacia la izquierda durante los próximos cuatro años. A mi desde luego, ni me compensa ni me agrada. La realidad y la funcionalidad, una cabeza fría , en asuntos de Estado, han de prevalecer muy por encima del corazón o las gónadas.
Pero este resultado ya no lo vamos a poder cambiar, al menos en los próximos 4 años, y por ello debemos ser conocedores de lo que se nos viene encima de ahora en adelante. Por ello, en este artículo me gustaría resaltar algunas propuestas económicas estrella de Unidas Podemos, partido que seguramente tomen la batuta de mando en los próximos meses junto al PSOE. Y les aseguro que no es para nada sensato.
Trataré el programa económico de Podemos, ya que hace muy poco tiempo dediqué un artículo entero en este mismo sitio a desmenuzar el programa económico del PSOE. Hablemos de Unidas Podemos. El plato fuerte.
En primer lugar, la formación de Pablo Iglesias propone instaurar una renta básica a modo de prestación de suficiencia por un valor de 600 euros al mes por adulto, la cual puede incrementarse hasta los 1.200 euros dependiendo de los miembros de la unidad familiar. Esta renta se destinaria unos 10 millones de personas, con un coste medio de 10.000 millones de euros, lo que supondría un aumento del déficit estructural del 30%, de 33.000 millones de euros actualmente, ascendería directamente a los 43.000 millones (Sin contar con el resto de medidas), hasta alrededor del 3,5%, calculado sobre PIB estático. Podemos asimismo propone renacionalizar Bankia; o al menos la parte de Bankia que fue privatizada y emplearlo como modelo de banca pública para dar crédito a todos aquellos agentes económicos que no superaron los análisis de riesgo crediticio del sector bancario de titularidad privada. Esto lo único que causaría sería un fastuoso aumento de la morosidad, una tremenda asignación ineficiente de recursos, y podría incluso llegar a generar una nueva burbuja en activos inmobiliarios, al introducir en el mercado nueva demanda artificialmente generada por el Gobierno.
Por otro lado, Podemos pretende atacar a la economía colaborativa, al desarrollo tecnológico y a la inversión internacional, luchando contra lo que ellos llaman la “uberización de la economía”, prohibiendo cualquier tipo de legislación laboral flexible para los empleados de este sector. Tampoco es de extrañar esta postura del partido de extrema izquierda teniendo en cuenta el ímpetu de sus líderes por derogar la reforma laboral del ejecutivo de Marino Rajoy, pretendiendo establecer un único tipo de contrato laboral, indefinido, con la única posibilidad de que este sea tempo por causas imprevistas o bajas laborales de algún miembro de la plantilla. Esto afectaría muy negativamente a algunos sectores como el del turismo, ya que la estacionalidad no sería uno de los factores contemplados para los contratos temporales, por lo que aunque un hotel, restaurante o estación de esquí solo estén abiertos durante un corto periodo de tiempo, se verían obligados a mantener en nómina a los trabajadores todo el año.
Pero seguimos para bingo con las locuras de Podemos, y es que pretenden derogar el factor de sostenibilidad de las pensiones e indexarlas al IPC a través de una enmienda a la Constitución. Actualmente el gasto en pensiones ya representa el 40% del gasto público total, y además la Seguridad Social tiene un agujero de deuda cercano a los 20.000 millones de euros; por lo que la propuesta de Unidas Podemos no parece ni factible ni viable. Para rematar la faena, Podemos propone la posibilidad de jubilarse con pensión integra a partir de los 35 años cotizados, es decir, lo que hasta ahora sería una jubilación anticipada. Estamos hablando de que prácticamente la totalidad de la fuerza laboral española podría jubilarse con 60 años, y muchos de ellos también a partir de los 55. Hagan ustedes las cuentas: Con un grave problema de natalidad a largo plazo (que no a corto), un descenso de los ingresos al incrementar el número de jubilados y reducir el de trabajadores, y un aumento de las pensiones anual con independencia de las condiciones económicas y del déficit… ¡Imagínense ustedes!
Los últimos meses de debate político se han encontrado marcados por un tema que acuciaba a millones de españoles, sobre todo jóvenes predispuestos a independizarse. Este tema trata sobre el encarecimiento de la vivienda tanto respecto a alquiler como a compra. Por ello, muchos jóvenes han negado la posibilidad de emanciparse, ante el altísimo precio de la vivienda en España. Podemos, en cambio, en vez de solucionar el problema, parece que trata de empeorarlo, proponiendo medidas absolutamente autoritarias respecto al mercado de la vivienda. En primer lugar, plantea un claro ataque a la propiedad privada al proponer nacionalizar bienes inmuebles de la Iglesia como es la Mezquita de Córdoba. Pero eso no es lo peor, ni lo que más afecta a la vivienda. Lo peor es que propone fijar un precio máximo de alquiler, reintroducir los contratos de renta antigua en el ordenamiento jurídico nacional, prohibir pisos turísticos allá donde decida la Administración, y prohibir por ley los desahucios.
Todas estas medidas únicamente desincentivarían la puesta en venta o alquiler de viviendas por parte de los propietarios, lo que reduciría la oferta del mercado inmobiliario, y, no solo encarecería el mismo, sino que al existir un tope de precio, las viviendas se deteriorarían brutalmente y no cumplirían con las expectativas de los clientes. Es más, no sería la primera vez que pasaría esto, ya que hemos visto multitud de ejemplos sobre como el intervencionismo destroza el mercado de la vivienda en multitud de ciudades como Nueva York, San Francisco, Berlín, París…
Por último, pasemos a la crème de la crèmedel programa económico de Unidas Podemos. La fiscalidad. Agarren la cartera. Podemos quiere comenzar por derogar el articulo 135 de la Constitución española y con ello la Ley de Estabilidad Presupuestaria, lo que permitiría un tremendo expolio fiscal sobre la media de la población a la vez que una explosión del déficit estructural, seguido de impagos de deuda soberana. En esta misma línea, para garantizar al ahogo de las empresas, Unidas Podemos propone introducir un tipo mínimo de Sociedades del 15%, siendo este del 20% para compañías financieras y petroleras. Es muy curiosa esta propuesta, cuando los grandes bancos españoles pagaron en 2018 un tipo efectivo del Impuesto de Sociedades superior al 25%. La banca no se libra tampoco de la introducción de un impuesto especifico marginal, del 10% extra sobre Sociedades, aunque solo aplicado al sector financiero, lo cual supone una clara discriminación y perdida de competitividad internacional.
Por otro lado, respecto al “impuesto a la muerte”, más comúnmente conocido como Impuesto de Sucesiones, Podemos propone armonizarlo en toda España (al alza claro), estableciendo un tipo mínimo y reduciendo las competencias de CCAA sobre este impuesto. Para finalizar, merece la pena mencionar una propuesta por parte de Unidas Podemos que pretende ahuyentar a todo posible inversor e el futuro cercano. Se trata de la “Tasa Google”, pero en versión aumentada, con un sobrecargo impositivo del 3-4% a todas aquellas empresas tecnológicas con ingresos (no beneficios) mayores que 3 millones de euros. Seremos el hazmerreir de Europa.
Por todo ello, en España debemos centrarnos en recuperar la moderación, la tranquilidad y el consenso. Pero el consenso liberal. Como mal menor cabe destacar un pacto de Rivera con Sánchez para garantizar la estabilidad financiera; aunque este puede no llegar a realizarse por los intereses partidistas de ambos lideres políticos... A todo esto, lo que se debe reseñar es la importancia de la estabilidad económica de un país como España, que acaba de abandonar el PDE, mientras, si no se da la batalla de las ideas, el ejecutivo socialista puede lograr que volvamos a entrar en él. Ahora más que nunca ¡Viva la Libertad!