EL CAPITALISMO ES EL MEJOR AMIGO DE LA MUJER

10.03.2019 11:35

A lo largo de estos últimos días hemos podido observar una absoluta politización del movimiento feminista y del 8-M por parte de la extrema izquierda, promoviendo un marxismo cultural e ideológico imperante en las instituciones de menor escala hoy en día. Para dejar clara mi opinión, y evitar así que la gente especule sobre ella al libre albedrío o la tergiverse, haré referencia a una cita del maestro Antonio Escohotado, con la cual estoy bastante de acuerdo: “Yo soy feminista, cualquier persona inteligente lo es; pero el feminismo de 2019 es una forma de anti-capitalismo”. Es decir, claro que la practica totalidad de los que nos oponemos a la huelga del 8-M estamos a favor de la igualdad jurídica y la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. Pero lo que no se pude tolerar, es que desde la Comisión 8-M (organizadores y promotores oficiales de la huelga) y a través del manifiesto de la propia convocatoria de la huelga se hable de “Neoliberalismo salvaje que nos invade…”, “Por un modelo de banca social y pública…”, “Para eliminar los tratados de libre comercio…”, “Por una gestión de los recursos de forma pública y comunitaria…”. Es decir, esto no era una huelga feminista, sino una huelga neocomunista. Aunque este ampliamente demostrado a través de los datos y las estadísticas que el bienestar de la mujer, su progreso y los niveles de igualdad son mucho (y cuando digo mucho es mucho) mayores en los países capitalistas; aún parece ser que hace falta demostrarlo y que muchas de las autodenominadas “feministas” que han apoyado la huelga del 8-M prefieren volver a un modelo económico y de gestión social y política, que a lo largo del siglo pasado acabó con la vida de más de 100 millones de personas. No creo, o prefiero no creer, que los 300.000 asistentes a la manifestación del 8-M en Madrid sean neocomunistas, pero entonces la única opción que nos queda es pensar que no se leyeron el manifiesto antes de acudir a los actos, lo cual muestra una zafiedad, una estulticia y una sinrazón imperantes hoy en gran parte del espectro político y de la sociedad civil. Por ello, me propongo a demostrar a través de datos, estadísticas y hechos reales, como ha sido la libertad económica la que ha permitido el desarrollo de la mujer la igualdad y el progreso a lo largo y ancho del globo.

 

El feminismo actual; al menos en España, es el más violento que se ha visto hasta ahora. Una gran parte del movimiento, que tristemente son mayoría, amenazan, insultan y difaman a cualquier hombre o mujer que se presente como disidente. Conozco personalmente a tres o cuatro fantásticas mujeres, luchadoras feministas por la libertad, que se autodeclaran como “feministas disidentes”, al oponerse frontalmente al neocomunismo, anticapitalismo y totalitarismo que representa el feminismo radical (ojo, el radical) hoy en día en España, y me atrevería a decir que en muchos más lugares. Muchas veces me han comentado a lo largo de este fin de semana, que no me centre en las protestas solamente españolas, que el 8-M es un movimiento internacional. Ahí estoy de acuerdo. Pero tengo una pregunta… Si es un movimiento internacional, ¿Por qué no se ha visto ni una sola muestra de apoyo a todas aquellas mujeres que hoy en día vive oprimidas y sometidas a la Ley de la sharia?

 

La sociología e ideología marxista ha invadido gran parte del movimiento feminista hoy en día, al estilo de la rancia extrema izquierda, pasando de la lucha de clases del proletariado contra la burguesía, a la lucha de géneros que proponen desde partidos como Podemos, cuando tratan de enfrentar al hombre contra la mujer. El marxismo es hijo de la dialéctica hegeliana de la confrontación, por lo que siempre tienen que buscar un enemigo hacia el que dirigir sus mensajes. A través de esta dialéctica, se trata de relacionar al capitalismo con el patriarcado, y a su vez con la sociedad occidental. Así, en conjunto. Todo el pack. Para desmentirlo, vale con recurrir a un estudio elaborado por el Institute for Women de la Universidad de Georgetown; estudio que fue a su vez difundido por el medio Libertad Digital en España. Según este estudio, la relación entre posición en el Índice de Libertad económica de la Heritage Foundation y el Índice WPS (Women, Peace and Security), se trata de una relación proporcionalmente directa. Es decir, según aumenta la libertad económica y más elevada es la posición del país respecto a libertad económica, mayor es el bienestar de la mujer en ese país en términos de progreso e igualdad. 

 

 

Para que se hagan una idea pondré dos ejemplos. En el Índice de libertad económica se obtiene una puntuación sobre 100, y en el Índice WPS (bienestar de la mujer) una puntuación sobre 1. Pues bien, Afganistán obtiene una puntuación en libertad económica de 45/100, y en bienestar de la mujer de 0,4/1. Por otro lado, países como España (no precisamente neoliberales) obtienen una libertad económica de cerca de 65/100 y bienestar de la mujer de 0,87/100. Asimismo, cabe resaltar que España es el quinto país más seguro del mundo para las mujeres, según un estudio aprobado y publicitado por el WEF. A continuación, pueden observar el gráfico (publicado en LD) que muestra la correlación de “A mayor libertad económica, mayor bienestar, seguridad e igualdad para la mujer.”

Por lo tanto, en aquellos países donde mínimamente impera el capitalismo, las mujeres son más libres, disfrutan de mejores condiciones de vida y hay una mayor igualdad (sobre este punto haremos inciso un poco más adelante). Es más, en países como España, el IDH (Índice de Desarrollo Humano), que tiene en cuenta factores como el nivel de educación o la esperanza de vida, es mayor para las mujeres que para los hombres. Algo que sin duda es digno de celebrar. Todo esto se basa en factores muy simples y lógicos. Si hay libertad de mercado, da igual el posicionamiento del político de turno, ya que el mercado garantizará una asignación eficiente de recursos, entre los que se encuentra el factor trabajo, por lo que, en unas condiciones de crecimiento económico, una gran parte de la población logrará encontrar trabajo en un puesto acorde a sus condiciones y cualificaciones. Lo mejor del capitalismo y la globalización de las ultimas décadas, es que han logrado expandir el mercado de trabajo a escala global, por lo que la flexibilidad laboral y la movilidad social y económicas son mucho mayores hoy en día que hace 50 años. Esto significa, que, en una situación de alto desempleo nacional, tanto hombres como mujeres podrán buscar trabajo más allá de sus fronteras de manera fácil y accesible. Simplemente miren como han aumentado los flujos migratorios de ciudadanos altamente cualificados a países con mayor libertad económica como UK, EE. UU. o Singapur desde el 2008. ¿Es o no es el capitalismo el mejor amigo de la mujer? Hemos observado como los datos, y la evidencia empírica y teórica sirven para destapar movimientos políticos que viven de generar ruido a través de las mentiras y engañar a sus votantes. Cabe mencionar que, si organizamos los países por orden de bienestar de la mujer, salta a la vista que de los 20 con mayor bienestar para la mujer, 19 son capitalistas y occidentales, y el restante es Singapur, que se encuentra entre los 3 países con mayor libertad económica del mundo. 

 

Por último, como a la izquierda le preocupa mucho la desigualdad de fines (la igualdad de oportunidades nos preocupa a todos), vamos a ver si se cumple la misma correlación entre desigualdad-hombre mujer y capitalismo. Según un estudio realizado por “Economía y Libertad”, países como el anteriormente mencionado Singapur, con una libertad económica de más del 90%, tiene un nivel de desigualdad de género de 0,1/1. Por otro lado, la gran mayoría de Estados confesionales musulmanes, tienen una media de libertad económica en torno al 55-60/100, y un nivel de desigualdad de cercano al 0,6/1. Aquí les dejo el gráfico.

 

En conclusión, todavía se puede seguir avanzando en materia de igualdad, claro que sí. Pero hoy en día es un tema más bien particular de ciertos individuos que a nivel de sociedad. Y por supuesto, lejos de tener la culpa, el capitalismo y los valores occidentales han sido los que a lo largo de las ultimas décadas han garantizado un avance continuo y prolongado de los derechos y el bienestar de la mujer. Debemos liberalizar mucho más nuestras economías si deseamos que la asignación de recursos sea completamente libre, y por ende mucho más eficiente. ¡Menos Estado y más mercado!

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