COMPETENCIA FISCAL, LA GRAN OLVIDADA DE EUROPA

11.04.2017 00:28
Tras el Brexit y las amenazas populistas que se acercan desde el norte de Europa y Francia, el futuro de la Unión Europea se encuentra en manos de una mujer emblemática, querida por muchos y odidada por otros tantos: Angela Merkel. Normalmente Merkel ha sido una mujer de estado a la cual he admirado en varias ocasiones por su reformas liberalizadoras de la economía alemana, ofreciéndole una posición privilegiada en el entorno económico europeo. Angela Merkel hace dos semanas defraudó a muchos de los que la considerábamos como una "liberal", debido a sus declaraciones sobre una posible bajada del Impuesto de Sociedades en Reino Unido para atraer y mantener empresas tras el Brexit, teniendo en cuenta que un 2,5% de la presión fiscal total del país ejerce sobre este impuesto, el cual se encuentra cerca del 20%. Muchos líderes europeos odian la competencia fiscal, en incluso en muchas ocasiones les hemos oído definirla como una "race to the bottom", Creyendo que dicha competencia solo llevará a los estados a reducir impuestos de manera continua contrayendo consecuentemente sus ingresos fiscales. Creo que esta gente no sabe que es Laffer, ni su curva. De igual manera, varios políticos, políticos profesionales europeos criticaron la propuesta de Trump de un descenso del Impuesto de Sociedades del 30% al 17%. Claro está que los que lo critican no han creado un solo empleo en su vida, y viven a costa del expolio fiscal a los ciudadanos.
 

ESTE GRÁFICO ES UNA COMPARATIVA DEL IMPUESTO DE SOCIEDADES EN EUROPA:

 
La Unión Europea en sus inicios se creó como una organización dedicada a establecer relaciones comerciales entre países y promover su competencia en el mercado internacional, la cual ha ido transformándose cada vez más hacia una Europa dominada por políticos y rodeada de trabas burocráticas para las empresas. Al ser preguntado por el asunto de la competencia fiscal, la semana pasada, el ministro de finanzas alemán, Schauble apoyó las declaraciones de Merkel, y se atrevió incluso a decir que las bajadas de impuestos repentinas y no progresivas son un movimiento inflacionista y burbujero... Muchos de nosotros sabemos que el gran problema en Europa hacia la creación de empresas son las barreras legislativas, entre ellas por supuesto los elevados impuestos, que en algunos países como Francia, el de Sociedades sobrepasa el 35%. Una economía lider como Alemania, o un espejismo de lo que debería ser España debe mantener un régimen impositivo bajo focalizado en la atracción de capital y crecimiento sostenible. Pero si a los alumnos aventajados la profesora les dice que está mal bajar impuestos... nadie más se atreverá a hacerlo. Porque la UE no es una niña bonita, no amenaza solo con la palabra, ya que han llegado a expresar que castigarán a todas aquellas economías que realicen bajadas de impuestos que supongan una ventaja competitiva, con retaliación comercial. Los burócratas perpetuando la ineficiencia del mercado... lo nunca visto.
 
Particularmente, barriendo para casa, este asunto se me asemeja ciertamente a Susana Díaz, cuando afirmaba que la fiscalidad se debía armonizar; claro esta que ella se refería al alza. Los impuestos nunca se deben armonizar, ya que el crecimiento económico de muchas regiones que se encuentran en inferioridad comparativa (aquellas que no tienen recursos naturales ni medios de producción eficientes) se basa en la competencia fiscal y atracción de capital extranjero. La competencia fiscal se basa principalmente en el uso de un sistema fiscal más laxo que el de otros países para atraer capital empresarial. Los mal llamados "paraísos fiscales" se basan por ejemplo en tipos ultrabajos de Impuesto sobre la Renta o de Sociedades para permitir un mayor y más rápido crecimiento de la empresa o patrimonio privado. La base teórica establece asimismo que otro países para intentar estabilizar su economía ante la fuga de capitales reducirán de igual o mayor manera su presión fiscal. Pero no, en España somos más de montar miles de comités y manifestaciones protestando contra aquellos gobiernos extranjeros que deciden no expoliar fiscalmente a sus ciudadanos.
 
Esta semana se cumplen 4 años de la muerte de Margaret Tatcher y se debe recordar que la época de su mandato en Reino Unido, fue asimismo la de mayor competencia fiscal entre los estados europeos, que junto a la globalización y las medidas liberalizadoras hicieron de la Europa de los años 80 y 90 un motor para el crecimiento económico mundial. Hemos podido ver a lo largo de todo este tiempo, como los países que han optado por establecer una fiscalidad mucho más abusiva, como por ejemplo Italia, sufriendo el mayor "capital outflow" de su historia a principios de la presente década, en contraste con Reino Unido, o incluso Alemania, que sumado a sus condiciones laborales óptimas debidas a la flexibilidad del mercado fueron capaces de atraer más de 300.000 empresas extranjeras en el periodo de 2010-2012.

 

PODEMOS OBSERVAR LA DIFERENCIA ENTRE LOS DISTINTOS TIPOS IMPOSITIVOS DE IRPF EN LOS PAÍSES EUROPEOS:

Debemos ser conscientes de que tristemente la UE que abogaba por el mercado único, la libre circulación de capitales y personas, aquella que apoyaba los derechos de los trabajadores desde la liberalización del mercado... esa UE ha muerto. La UE se ha convertido en un grupo de estados opresores fiscalmente que han decidido en mayoría extraer hasta el último euro de sus ciudadanos, acabando con la competencia fiscal y reduciendo el poder de todo aquel que se opusiese al "establishment" de Merkel. Se supone que la política comercial de la UE se puede considerar como "libre" y de mercado abierto, mientras las desregulaciones brillan por su ausencia y las barreras al emprendimiento están cada día más presentes en la vida de todos los ciudadanos. Un gran ejemplo de esto durante los últimos años ha sido Francia, con un tipo máximo de IRPF situado en el 75% pero cobrando subvenciones y partidas de la UE cada año para cubrir su agujero negro de déficit. En varias ocasiones me he declarado eurófilo, amante de la cooperación entre naciones y por supuesto del comercio internacional, pero no así.
 
No se debe castigar a países como RU que pretenden aflojar el cinturón de los ciudadanos y crear un ambiente idílico para la creación de empresas... se les debe copiar e imitar su modelo tanto fiscal como laboral y productivo. Porque las economías líderes, son líderes por algo, y no precisamente porque lo decida un comité de burócratas. Tras el Brexit, Reino Unido no será más un compañero europeo, sino un enemigo del comercio, sobre todo tras las últimas declaraciones de Theresa May respecto al "hard Brexit". Pero la UE no lo debe ver como un enemigo, sino como a un competidor, y como buen competidor se le ha de intentar superar, promoviendo mayores vías de comercio global, reduciendo bases impositivas y flexibilizando el mercado laboral en todos y cada uno de los países de Europa. Desde luego, como nunca ganaremos esta batalla es con más burócratas diciéndonos lo que tenemos que hacer en cada momento, a la par que meten la mano en nuestro bolsillo para aprovecharse de nuestro esfuerzo. 

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