CARLOS RODRIGUEZ BRAUN- "EL LIBERALISMO NO ES PECADO"

20.01.2017 18:56

Muy buenas tardes Señor Rodríguez Braun. Como sabe esta es la primera entrevista que hacemos en este blog de carácter liberal, donde sobre todo nos gusta hablar de inversión, bolsa y política económica. Como bien conocemos, usted es un gran catedrático de Historia del pensamiento económico, y siempre ha salido en defensa del liberalismo económico, la reducción del Estado, y la sociedad civil. Hoy en día hay muchos economistas modernos que incorporan al sistema capitalistas ciertos; por no decir excesivos, matices del pensamiento Keynesiano, pero usted siempre se ha mantenido firme en su postura, e incluso en tiempos de plena crisis seguía defendiendo su ideal liberal clásico contra la opresión del Estado, de manera muy clara como vimos a partir del año 2000 a través de su libro: “Estado contra mercado.”

1)Es curioso y desgraciadamente cada día más, ver personas como usted tan implicadas en el liberalismo, pero sobre todo sorprende un factor, el de que usted sea catedrático, algo que hoy en día se asocia más bien al movimiento izquierdista. ¿Cómo y por qué razón comenzó su andadura en el liberalismo económico?

No es cada vez más curioso, es al revés: es cada vez más común. Si comparo las voces liberales de hoy con las que había en España cuando yo tomé contacto con estas ideas, hace cuarenta años, la extensión del liberalismo es muy notable, tanto en la academia como en los medios de comunicación e instituciones de diverso tipo, como el Instituto Juan de Mariana, el Centro Diego de Covarrubias, y otros. Es verdad que somos una minoría, es verdad que en la universidad y la prensa, como en la política y en todas partes, prevalece el mensaje antiliberal, pero los liberales somos una minoría algo menos minoritaria que antes. Yo empecé a ser liberal gracias a mi maestro y amigo Pedro Schwartz a finales de los años 1970, cuando cursaba el doctorado en la Universidad Complutense. Era entonces un joven de izquierdas, y fue una suerte cruzarme con Pedro, que había sido un socialdemócrata que estaba entonces desandando el camino. Por cierto, conviene recordar que esto no es, o no era, un fenómeno inusual: son numerosos los liberales que arribaron al liberalismo desde el socialismo.

2)Entrando ya en materia, un tema muy debatido, y últimamente de actualidad es la quiebra de los bancos y cajas de ahorros en 2008, en relación en gran parte a las hipotecas subprime, ¿Cree que el rescate a la banca se hizo para evitar un riesgo sistémico o nunca debería se debería haber rescatado a la banca, y que fuesen los acreedores los que acarreasen con las cuentas?

El riesgo sistémico es un cuento chino, aunque ampliamente extendido. Los rescates no se hacen para evitar el desastre apocalíptico sino para evitar el daño al poder político y sus aliados en los sectores más controlados e intervenidos, como la banca. Sé que hay liberales que defienden los rescates, pero no es mi caso, y planteamos la alternativa del “bail-in”  ya en 2009 con Juan Ramón Rallo en nuestro libro “Una crisis y cinco errores”, publicado por LID Editorial.

3) En los últimos años hemos podido ver cómo tanto Mario Draghi como Janet Yellen han jugado con los tipos de interés a su antojo, y con una visión puramente expansiva ante el riesgo crediticio, ¿Se debería haber seguido esta política de tipos bajos con objetivo inflacionista, o que habría propuesto usted para controlar el crédito y la atracción de capital con esa situación?

No se debería haber seguido esa política expansiva, cuyo único objetivo fue salvar la reputación de los bancos centrales, los grandes responsables del inflado de la anterior burbuja…y la próxima. Los bancos emisores se presentaron así como los que garantizaban la recuperación pero les faltaba “un poco de inflación”: lógicamente, lo van a conseguir. No está claro qué sistema o sistemas monetarios se establecerían en una comunidad de mujeres y hombres libres, si con patrón metálico, con un coeficiente de reserva del 100 %, etc. Yo propondría la supresión de los bancos centrales pero no la imposición de ningún modelo alternativo. Esto, cabe sospechar, no sucederá, y por lo que hemos visto en los últimos años las bases desestabilizadoras del sistema monetario nacionalizado no se han modificado sustancialmente, con lo que no hay ninguna garantía de que no tropecemos otra vez con una crisis.

 

4)Muchos artistas y políticos han reivindicado últimamente la necesidad de una bajada del IVA cultural, y un incremento de subvenciones a este mismo sector, ¿Cree que la cultura, en cualquiera de sus aspectos debe ser financiada por el Estado?

No hay que discriminar entre actividades, lo que siempre da pie a abusos e ineficiencias, y corrupción. Yo recomendaría un solo tipo de IVA para todo, y que sea bajo. Y ninguna subvención a ninguna actividad.

 

5)Donald Trump se pronunció nada más ser elegido Presidente sobre su deseo de bajar el Impuesto de Sociedades a un tipo fijo del 15%, siendo más competitivo en cuanto a economías como la canadiense o la mexicana, y atrayendo un mayor flujo de empleo nacional hacia EEUU. En España no se ha hecho nunca un esfuerzo relevante por atraer empresas, ¿Qué reformas tanto fiscales como promotoras de oferta se deben hacer para atraer empresas y capital extranjero?

A las empresas no hay que “atraerlas”. Basta con no castigarlas. Y no es correcto discriminar entre ellas: se trata de reducir los costes fiscales por igual para todas, grandes y pequeñas, nacionales y extranjeras.

 

 

6)Tras la aparición del fracking, EEUU parece haberse convertido en completamente independiente energéticamente, e incluso puede presentarse como un importante exportador en los próximos años. ¿Cree que el fracking es positivo para la economía global, o cierra puertas a muchos exportadores menores a competir en el mercado?

No sabemos lo que puede pasar con el fracking, ni con ningún otro negocio. Hay que dejar libertad para que los propietarios del suelo (que deberían tener derecho sobre el subsuelo, cosa que no sucede en España y muchos otros países) lo exploten como mejor les parezca. Tampoco debe premiarse ni castigarse la “dependencia” energética, entendida como la decisión de importar recursos desde el exterior.

 

7)Durante el boom de las renovables, los gobiernos no dejaban de dar subvenciones a diestro y siniestro a cualquier mínimo proyecto que aparecía. Claro está que la gestión de esta nueva energía fue hecha negativamente, y que se debería haber estudiado más a fondo por lo menos. ¿Cómo ve usted que se dotase de subvenciones al mercado de las renovables, y como propondría una transición presente hacia la energía verde, que medidas tomaría?

En ningún caso el Estado debe dar subvenciones, ni a la energía verde, ni a nada. Eso discrimina entre actividades, y fuerza a los ciudadanos a pagar aquellas que el poder favorece.

 

8)Rápidamente. El actual sistema de pensiones es insostenible, y lo hemos visto claro en los últimos años. ¿Usted que alternativa es la adecuada, y que modelo de pensiones debería acoger España en estos momentos y pensando en el futuro?

No sabemos si el sistema público de pensiones es “sostenible”, porque depende de la coacción política sobre los trabajadores en activo. No recomiendo que el Estado imponga ningún modelo de pensiones. Debería dejar de usurparlas, y permitir que los trabajadores ahorren por su cuenta, individual o colectivamente, y que sean propietarios de sus pensiones, individalmente o a través de las asociaciones que libremente escojan, como sindicatos o mutualidades, sin intervención alguna del Estado.

 

9) Le aviso. Terminamos fuerte. Hay una gran discusión, incluso entre los más liberales sobre el sistema sanitario, unos defienden que sea público, otros proponen un sistema de seguros cofinanciados por el Estado, y en tercer lugar algunos dicen que debe ser privatizado. Sea sincero, ¿Cómo manejaría usted este sistema, y que solución ofrecería para que todo el mundo, independientemente de sus recursos tenga un acceso a sanidad básica?

Yo no “manejaría” ningún sistema, y no debería haber ningún sistema “manejado”. La gente debería ser libre para decidir cómo quiere asignar sus propios recursos a cuidar de su salud. Por cierto, me resulta chocante eso de que haya “liberales” que defiendan la sanidad llamada “pública”, es decir, donde los ciudadanos no puedan elegir libremente, y donde sus bienes sean usurpados a la fuerza por el poder con la excusa de brindar servicios sanitarios. El truco de que el Estado regala la sanidad al pueblo “independientemente de sus recursos” disfraza el hecho de que primero el Estado le quita al pueblo sus recursos alegando que lo hace para que todos “tengan acceso” a la sanidad, educación, etc. No se puede tratar al Estado como si fuera la Madre Teresa de Calcuta, que ella sí se ocupaba de los pobres. El Estado no. El Estado no es generoso ni solidario. El Estado es obligatorio.

 

Muchísimas gracias por estar con nosotros hoy para esta entrevista, y esperamos seguir viéndole luchando tan activamente como siempre por el liberalismo. Como decía Thomas Sowell: “Un monopolio moral es la antítesis de un mercado de ideas”.

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