Llevamos años escuchando a especialistas hablar del potencial de la tecnología blockchain para desarrollar nuevos modelos de negocio e innovar sobre los ya existentes. Esta tecnología permite reducir costes al eliminar intermediarios y hacer que las transacciones sean más seguras y transparentes a través del sistema de “cadena de bloques”. Aun así, lo mejor de esta tecnología, es que no es discriminatoria, es que no está destinada solo a aquellas potencias desarrolladas que puedan beneficiarse financieramente de ella, sino que en el medio plazo puede incluso beneficiar mayoritariamente a los países emergentes, conllevando a un mayor desarrollo e igualdad a nivel global.
La escasez de infraestructuras y medio en muchas potencias emergentes, hace que estén más dispuestos a adoptar el sistema blockchain, ya que no tienen sistema rentista de infraestructuras que perpetuar, lo que suele ser un enorme obstáculo a la innovación en las economías desarrolladas. Esta teoría no es mía, ya que se ha demostrado en varias ocasiones a lo largo de la historia, siendo uno de los ejemplos más claros como Kenia y Sudáfrica fueron de las primeras naciones a nivel mundial en adoptar el 3G para las redes de telefonía móvil, ya que en parte no tenían en parte líneas de cobre que remover. Es decir, no tenían infraestructura existente que destruir, por lo que la adopción de estas nuevas tecnologías era mucho más eficiente y rápida.
Un estudio de la Fundación Bill & Melinda Gates, muestra como el sistema M-Pesa Mobile, que se basa en el pago a través del móvil y sin necesidad de intermediarios como bancos, ha revolucionado la industria financiera en algunos países africanos como Tanzania. Al reducir los costes de transacción, en la gran mayoría de los casos ha ayudado a sectores como la agricultura ha incrementar exponencialmente sus beneficios, generando no solo crecimiento económico, sino elevando por encima del umbral de la pobreza a 194.000 personas. Por otro lado, sin estos desarrollos tecnológicos, estos países nunca podrían haber llegado a tener un sistema financiero similar al de Occidente, por lo que el desarrollo tecnológico les ha proporcionado una alternativa de bajo coste que generalmente ofrece iguales o incluso mejores resultados que muchos sistemas del mundo desarrollado.
A través del sistema blockchain, cada transacción y su valor asociado resultan visibles a cualquiera que tenga acceso al sistema. Cada usuario, o nodo, tiene una serie alfanumérica de 30 caracteres asociada a él, y, aun así, pueden decidir si verificar su identidad o permanecer como seres anónimos en la red. Por ente, este sistema hace más seguras las transacciones, y ayuda a mejorar la identificación de los distintos agentes del mercado, reduciendo el fraude y malversación en gran parte.
La seguridad de transacción es un principio directamente asociado a blockchain, ya que este sistema puede llegar a asegurar una cadena entera de transacciones a nivel nacional, y cada vez de manera más descentralizada a través del scalling blockchain. Para las potencias emergentes, un mayor nivel de seguridad es esencial, sobre todo para el ciudadano medio que pretende empezar a comerciar en pequeña escala. Por encima de todo esto se encuentra el hecho, de que blockchain promueve la innovación a nivel local, ya que la descentralización del sistema significa que la distancia con diferentes centros de control o de información es insignificante, permitiendo así a los países emergentes construir sus `propias “incubadoras” de tecnología en un entorno de seguridad tecnológica y estabilidad nunca antes visto, ya que estos países suelen padecer de falta de seguridad jurídica en el ámbito comercial.
En esta misma línea, blockchain puede ser también enormemente beneficioso para la modernización de la burocracia y el funcionamiento de las administraciones públicas, algo que tan solo en España podría reducir el gasto público en más de 30.000 millones al año. Un ejemplo claro de modernización de los tramites administrativos a través de la adopción de la tecnología blockchain es Dubái, cuyo modelo debería ser copiado por todas aquellas naciones que sufren o bien, de exceso de burocracia, o de falta de seguridad jurídica. La estrategia basada en la transformación de las administraciones públicas en Dubái, transmitirá mas de 100 millones de documentos al año a una cadena de bloques a través de una innovadora plataforma que les permitirá reducir costes y dar pie a una reducción del gasto público.
El comercio global, con una regulación laxa facilitada por un aumento del empleo de la tecnología, hace que los costes de producción y transacción sean mucho más asequibles para los países emergentes. Con un sistema blockchain a nivel mundial y sin restricciones por parte de los Estados, no serían necesarios ni siquiera tratados como el NAFTA o el TTIP, e incluso se reduciría enormemente la burocracia empleada actualmente en la UE, con una finalidad de “libre mercado”. El sistema blockchain de nacimiento es un expositor abierto de datos de cara a todos los usuarios, lo que permitiría a los gobiernos y empresas obtener información, mejorar el producto e incluso llevar a cabo prácticas mas eficientes respecto al comercio y la política fiscal. En un futuro, todos los costes de producción podrían ser reducidos drásticamente, de la misma manera que la aparición de internet redujo el coste de la información y la comunicación. La usabilidad de blockchain permitirá hacer casi inexistentes esos enormes costes de compliance, y junto con una mayor apertura de los mercados globales, permitirá generar riqueza sin una deslocalización excesiva de la misma, respecto a los países emergentes.
El blockchain fue diseñado como un sistema en el cual no es necesario que los participantes se conozcan a la perfección, ya que esta tecnología es extremadamente segura. Todos los datos almacenados de manera descentralizada en el sistema, lo hacen inmune de hackeos o intervenciones de terceros no autorizados en tus transacciones. Los Smart contracts a su vez proveen una ejecución predecible y automática de los procesos comerciales. Este tipo de contratos también dejan menor lugar al fraude y la corrupción, haciendo que las administraciones sean más transparentes y eficientes, y promoviendo un entorno de regulaciones laxas conllevando a mayor innovación y desarrollo empresarial.
En conclusión, se puede argumentar que algunos países como Dinamarca o Suecia que ya de por sí tiene sistemas administrativos eficientes, no vean como un incentivo la tecnología blockchain, pero el resto de naciones con sistemas administrativos lentos, ineficiente o corruptos, deberían ver la irrupción de este sistema como una oportunidad par innovar y destaca. Si finalmente más países o incluso ciudades como Dubái toman la iniciativa y adoptan un modelo basado en blockchain, permitirán que el conocimiento y las ideas de millones de personas tengan acceso a una infraestructura real para efectuar desde depósitos de valor hasta contratos de renta.
Mientras hoy en día un mundo que gire en torno a blockchain sigue siendo meramente un sueño, a muchos nos gusta soñar.