A FAVOR DE LAS GRANDES EMPRESAS
Si miramos hacia la red empresarial de España, podemos observar claramente como destacan en número las pymes y pequeñas empresas, ya que en estos momentos se encuentran fuertemente impulsadas por el gobierno. Por otro lado, no ocurre lo mismo con las grandes empresas, ya que son más difíciles de crear en estos momentos, porque para ser productivas, necesitan de una mayor estabilidad económica que las pequeñas, medianas y pymes.
Pensando a largo plazo, en España deberíamos intentar impulsar la creación de grandes empresas, las cuales en un futuro pueden suponer seguridad y estabilidad para la economía española, justo al contrario que las pymes, que se ven endeudadas por el gobierno al cabo de un par de años.
De los 3,5 millones de empresas que existen en la geografía española, solo un 0,1% se tratan de las denominadas grandes empresas, las cuales tienen que cumplir con el requisito fundamental de componerse de más de 250 empleados. Aún siendo solo un 0,1% del mercado empresarial, constituyen en la actualidad cerca de cinco millones de empleos, lo que representa el 15,2% de la tasa de empleo. Aún recibiendo estos datos, mucha gente cree que la gran empresa se aprovecha de sus trabajadores; pero se puede contraponer este argumento, simplemente al decir que el menor número de despidos y el mayor número de nuevos contratos han sido obra de las grandes empresas. Según el Instituto Nacional de Estadística, las grandes empresas, proporcionan a sus trabajadores, un sueldo que es de media un 45% mayor que el salario medio español. Para poder mantener estos sueldos, los trabajadores de las grandes compañías españolas producen (per cápita) el doble que los de las pequeñas y medianas empresas.
La inversión también toma cartas en el asunto, ya que las grandes empresas suelen dedicar cerca de un 50% de su fondo de producción al marketing, la innovación de productos y herramientas de producción interna. En este sentido las pymes y pequeñas compañías suelen ser más reservadas, ya que su porcentaje de inversión en estos sectores es un 20% menor.
Generalmente, los países más adinerados cuentan con una mayor presencia de grandes empresas, poniendo como ejemplo a Suiza, la cual cuenta con un 4,8% de grandes empresas, o Alemania, en la que representan el 2,4% total de la red de empresas nacional. En el 1,7% encontramos a Dinamarca y Gran Bretaña. Estos datos van unidos de la mano con el pequeño número de desempleo que presentan estos países.
Tras presentar todos estos datos, se podría pensar, entonces, ¿por qué no crear más grandes empresas? La explicación para este punto es muy sencilla, ya que la creación de una gran empresa se trata de una carrera de fondo, en la que intervienen la reinversión interna de la empresa, precedida por altos niveles de productividad y crecimiento empresarial. La crisis económica sufrida en España estos últimos años penaliza la reinversión interna, ya que muchos emprendedores de pymes y pequeñas empresas buscan una fuente de dinero rápido y fácil, y no un plan de largo plazo; lo cual penaliza a la economía española.
Por otro lado, la legislación fiscal actual tampoco beneficia el crecimiento ni la creación de las grandes empresas, ya que muchos emprendedores prefieren no adentrarse en el mundo de las grandes compañías, debido al ahogo fiscal y tributario por parte del gobierno, representado como Impuesto de Sociedades, el cual castiga mayormente a las grandes empresas.
En conclusión, tras todos los argumentos presentados, podemos sacar en claro que España necesita un mayor número de grandes compañías , ya que generan enormes cantidades de empleo con buenos salarios, y representan una mayor productividad para el gobierno, que podría apoyar la creación de grandes empresas a través de la reducción del impuesto de sociedades sobre estas compañías.