¿A QUIÉN PERJUDICA REALMENTE UNA SUBIDA DEL SALARIO MÍNIMO?

11.12.2016 22:03

Esta última semana, en uno de los plenos de control del Congreso de los Diputados, pudimos observar cómo se aprobó una proposición de Ley promovida por Podemos que trata sobre el incremento del SMI de manera progresiva hasta alcanzar cifras similares al 60% del salario medio anual en el plazo de una legislatura corriente, es decir, que se espera que en al año 2020, y tomando como referencia el actual salario medio de 1.880 euros mensuales, en el año 2020 el salario mínimo se encuentre fijado en 1.108 euros al mes, lo que serían 950 si se dividen en 14 fracciones anuales. Mucha gente ha parecido apoyar la idea, y tanto de manera sorprendente como decepcionante, el PP impulsado y en parte obligado por el PSOE se vio forzado a aceptar esta subida de SMI, marcando el verde de sus escaños durante la votación. Es verdad que en la Declaración Europea de DDHH se establece que el salario mínimo debe representar el 60% del salario medio del país, pero si analizamos este factor económicamente y con cifras en la mano podemos ver que no tiene ni pies ni cabeza, pero si un gran peligro respecto a un aumento de las cifras de desempleo, lo que a muchos nos hace pensar, que los salarios, al igual que los precios… nunca deberían regularse por ley.

En primer lugar, una ley de salario mínimo, por definición, establece que ningún empleado trabajando en cierta economía puede cobrar un sueldo inferior a una estimada cantidad. Lo que mucha gente no tiene en cuenta al promover este tipo de propuestas es que un empresario puede reaccionar de maneras muy diversas ante tal efecto, y en muchas ocasiones, no pagando más a los trabajadores, sino mayoritariamente aumentando despidos. Suele concurrir que las subidas de salario mínimo suelen afectar generalmente a los trabajadores menos productivos o menos cualificados debido a que son los que suelen cobrar unos sueldos más bajos, y en muchas ocasiones generando de manera directa su despido; y no por mero capricho del empleador, sino por la necesidad de aumentar beneficios a través de un recorte de los costes de producción. Este factor se decanta principalmente sobre si el trabajador genera unos ingresos en torno a su productividad mayores o al menos iguales al coste de su contratación.

EN ESTE GRÁFICO SE PUEDE OBSERVAR UNA COMPARATIVA DEL SALARIO MEDIO-PRODUCTIVIDAD EN VARIOS PAÍSES:

Si nos basamos en una estimación y en un estudio realizado por varios economistas de la LSE en 2009, podemos percibir datos claros que indican que por cada subida de cerca del 1% del salario mínimo, el empleo se reduciría en un0,19%. Si la propuesta de Podemos pasar finalmente a realizarse, aumentando el SMI un45% en cuatro años, el desempleo ascenderá en un 8,5%, si seguimos estas estimaciones; lo que haría que se destruyesen mas de 1,5 millones de empleos. Podemos centrarnos aún asía en la idea equivocada que tienen algunos economistas de que un incremento del salario mínimo no reduciría en absoluto el empleo, pero aun así existen varios efectos negativos de esta subida del salario mínimo. En primer lugar, y muy destacado, ya que se ciñe perfectamente al caso de España, es que un incremento del SMI no reduciría el empleo, sino simplemente haría que la creación del mismo bajase su velocidad, lo que haría que un aumento del 10% del salario mínimo redujese un 25% el ritmo de creación de empleo, y en caso de España lo frenaría por completo, teniendo incluso efectos regresivos. En un segundo caso de que los empresarios optasen por no reducir plantilla, podría decidir recortar las horas trabajadas por su capital humano, ralentizando la productividad y el ritmo de trabajo a la par que su oferta se vería igualmente contraída, lo que haría que de manera indirecta al no tratarse de un horario a jornada completa los salarios se viesen reducidos, estimando al igual a la baja la capacidad adquisitiva. Los salarios en especie se verían enormemente afectados por un ascenso del SMI, ya que, al existir unos mayores costes de producción, se reduciría la inversión interna en otros muchos aspectos, lo que contraería el nivel productivo a la baja. Muchas compañías, al igual optarían, al ver que el coste es muy similar o incluso un poco superior solamente, contratar a trabajadores altamente especializados en sustitución de los menos cualificados, ya que el margen de productividad generado ahora sería muchos más notorio al ser menor la diferencia salarial, lo que traería mayores beneficios para el empresario. Al igual, y siguiendo al pie de la letra una de las mayores teorías de Hayek, un aumento del salario mínimo generaría de manera directa un ascenso de los precios en el mercado, ya que si la firma que está produciendo tiene una demanda de precio inelástica podrá permitirse subir los precios para generar mayores ingresos y cubrir unos costes salariales cada vez mayores. Al existir una mayor inflación, e incluso si el salario; ya no mínimo, incluso medio aumentase, si la ratio de inflación fuese mayor esto generaría un descenso de los salarios reales y reduciría el poder adquisitivo de los trabajadores, frenando de manera consecuente el crecimiento económico.

Tras los datos analizados, podemos observar que aparte de la Declaración Europea de DDHH, ningún factor más de relevancia apoya una subida del SMI, sino es más, todos los datos numéricos y estadísticas disponibles, nos hacen situarnos en su contra, ya que de la única manera que este ascenso afectará al mercado será aumentando el desempleo, y en caso contrario, generando inflación masiva y contrayendo la capacidad adquisitiva, aparte de relegar a los trabajadores poco cualificados fuera del mercado laboral, debido a unos mayores costes laborales, que no serían cubiertos en forma de ingresos generados por productividad. En resumen, y reconocido por muchos economistas partidarios de una subida del SMI y reconocidos a nivel mundial, como puede ser Paul Krugman, reconocen que un ascenso del salario mínimo por encima del equilibrio salarial en el mercado, producirá un exceso de oferta de empleo, teniendo un efecto negativo en las cifras de desempleo en el medio-largo plazo.

PODEMOS VER ANALIZADOS LOS DATOS DEL PIB PER CÁPITA POR PAÍS DE LA OECD, SEÑALANDO QUE LOS DE MAYOR RENTA PER CÁPITA SUELEN COINCIDIR CON LOS QUE TIENEN UN SMI MÁS BAJO O INCLUSO INEXISTENTE:

 

En conclusión, la decepcionante propuesta de Podemos, que fue tristemente aprobada, solo muestra que aumentar hasta un 60% del salario medio, el salario mínimo interprofesional en cuatro años no ayuda en absoluto a la economía española. En primer lugar, no promueve un mayor consumo, ya que, en muchos casos, en el medio plazo genera inflación y reduce el poder adquisitivo, ralentizando el crecimiento económico. El desenlace más probable de esta propuesta será un mayor desempleo, con un incremento de cerca del 8%, debido a un ascenso brutal del SMI de cerca del 45% en comparativa con el anterior, debido a que muchos empresarios, al ver los costes laborales rebasando a los niveles de ingresos productivos generados por el capital humano se verán obligados a despedir trabajadores, y en el caso de la manufactura a incrementar la automatización, ya que en el largo plazo será más rentable, eficiente y acarreará menores costes. En respuesta a la pregunta del título, queda resaltado que a los trabajadores que más perjudica esta subida del SMI es a los de bajos rendimiento, coste o formación, ya que pueden y suelen ser prescindibles dentro de una empresa, generando un mayor desempleo estructural, o en caso similar reduciendo su renta media y a su vez contrayendo los niveles de consumo dentro de este círculo de la sociedad, que en otras palabras puede reducirse a un aumento de los niveles de pobreza. Existe una frase de Milton Friedman que se adapta perfectamente al tema, y reseña el modo de pensar de muchos liberales, que no porque estemos en contra del SMI dejamos de ser solidarios: “En realidad, los liberales somos la ideología política y económica más social, ya que estamos en contra del salario mínimo; y el salario mínimo impide a muchas personas obtener un empleo.”

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